miércoles, 18 de julio de 2012

miércoles, 6 de octubre de 2010

Dédicace III



(...) A nadie digas
que ya no me quieres.
Si a mí me preguntan
diré que vendrás.
Y así cuando vuelvas,
mi almita, te juro,
los ojos extraños
no se asombrarán.
Verás cómo todo
te esperaba ansioso:
mi blanca casita
y el lindo rosal...
Y cómo de nuevo
alivia sus penas
vestido de fiesta
mi viejo arrabal.

jueves, 25 de febrero de 2010

Dédicace II







Estados de ánimo

Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo
azul pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas,
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza,
confiando en que una tarde,
te acerques y te mires...
te mires al mirarme.

(M. Benedetti)

miércoles, 27 de enero de 2010

miércoles, 6 de enero de 2010

2010 L'année Camus


Culturellement, 2010 sera l’année Camus. L’écrivain est mort il y a tout juste cinquante ans, le 4 janvier 1960, dans un accident de voiture, à l’âge de 46 ans. Le site du Nouvel Obs parle d’une apothéose qui envahit les kiosques, les librairies et les théâtres. Un «Dictionnaire Albert Camus» vient même de paraître chez Robert Laffont. Il faut dire qu’avec près de 7 millions d’exemplaires "L'Étranger" demeure de loin le best-sellers des livres de poche en France. Le livre est traduit en une quarantaine de langues. La popularité mondiale du prix Nobel ne démord pas. Le fonds Albert-Camus de l’université Aix-en-Provence serait fréquenté à 85% par des chercheurs étrangers.

http://fr.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus

jueves, 8 de octubre de 2009

¿Es fiable nuestra percepción?

E. Punset

Si nos perdemos, acabamos dando vueltas sobre nosotros mismos. ¿Por qué? Científicos alemanes han podido comprobar mediante un experimento que hacen falta algunas pistas esenciales para caminar en línea recta sin perderse.

Claro, ya sabíamos que cuando se tiene la Luna, el Sol o una montaña enfrente –en otras palabras, algún punto de referencia, además de querer caminar en línea recta–, era relativamente fácil conseguirlo: bastaba con seguir el punto de referencia si era visible.

Ahora bien, yo les pido a mis lectores que cierren un instante los ojos e intenten imaginar una situación en la que han tomado la decisión irrevocable de ir en línea recta hacia delante sin punto de referencia alguno: en plena oscuridad y con los ojos vendados, para no ver ningún resplandor que pueda servir de guía. ¿Saben lo que va a ocurrir? Van a descubrir que para seguir adelante en línea recta hacen falta estrategias cognitivas adicionales, sin las cuales van a acabar dando vueltas sobre ustedes mismos.

Uno habría pensado que, por lo menos, seríamos capaces de andar en línea recta. Pues lo siento, querido lector. Sin ayuda, nuestro mecanismo de percepción y guía para hacerlo va acumulando tantos errores que acaba desviándose y dando vueltas sobre sí mismo.

Habrá quien se pregunte para qué quieren los científicos saber si cuando nos perdemos, queriendo ir en línea recta, aunque no se tengan referencias, acabamos dando vueltas sobre el mismo camino... «¡Qué más da! –me dirán otros–, si son poquísimos a los que sueltan con los ojos vendados sin ver nada y los autoconvencen de que deben ir en línea recta.»

¿Para qué tanto esfuerzo inútil? Cuando se deja a los físicos especular sobre el universo, les da por intentar descubrir cómo y en qué momento de la evolución nació la materia; y ahora a los biólogos les da por emplear recursos escasos para descubrir si cuando nos perdemos nos da por seguir en línea recta o dar vueltas sobre uno mismo.

Nos ayudaría a todos saber cuántas dimensiones hay en el universo, además de las tres espaciales y la cuarta temporal que ya conocemos, pero también lo que investigan los biólogos porque, en realidad, lo que nos van a decir con esos experimentos sobre nuestra capacidad para andar a ciegas es si necesitamos estrategias cognitivas adicionales.

Si resulta que para una cosa tan simple como caminar en línea recta no nos podemos fiar de nuestros mecanismos de percepción, que por sí solos no van a llegar a ninguna parte –necesitan, además de nuestra voluntad, la presencia de la Luna, una estrella o un ruido–, ¿cómo vamos a podernos fiar a la hora de tomar decisiones más trascendentales como salir de viaje, casarnos o cambiar de trabajo? Obviamente, no basta con aceptar o rechazar estas disyuntivas. Habrá que pertrechar esas decisiones con estrategias cognitivas adicionales. Y eso es, justamente, lo que no quiere hacer mucha gente.

Si no queremos acabar dando vueltas sobre nosotros mismos, o sobre el mismo problema que nos estuvo atenazando durante tanto tiempo, será preciso aportar puntos de referencia nuevos tan grandes como la Luna, el Sol o una montaña. Cuando emocional o cognitivamente hayamos tomado una decisión –me caso o no me caso, cambio o no cambio de trabajo–, el grupo de científicos alemanes con cuyo experimento iniciaba esta columna nos está sugiriendo que eso no es más que el comienzo. Para no acabar dando vueltas sobre uno mismo hay que hacer muchas más cosas.

Notas de Eduard Punset (Facebook, 27.09.2009)

martes, 6 de octubre de 2009

Corazonada


En las universidades de Yale, Princeton y Harvard neurólgos y psicólogos como John A Bargh están descubriendo una concepción nueva del inconsciente que otorga a las corazonadas un poder hasta ahora insospechado.

Vayamos por partes, porque me dan ganas de pedirle a mis lectores que se pongan el cinturón de seguridad no porque vayamos camino de ninguna catástrofe, sino porque la idea de las razones que asoman tras las decisiones que tomamos cambiará de forma radical y, por lo tanto, las razones de su propia vida.

Resulta que la gente se equivoca casi siempre sobre las causas de su conducta. Hasta hace muy poco tiempo, estábamos convencidos de que cuando se trataba de un problema sencillo, como andar por casa o cerrar los párpados si nos deslumbraba la luz del sol, el inconsciente se encargaba de solventar el problema. Por poco que se complicaran las cosas -como a la hora de decidir si me caso o no me caso, si salgo de viaje o cambio de trabajo- recurríamos a la conciencia para que utilizando la razón resolviera el problema. Varios experimentos en las Facultades que mencionaba antes han demostrado que esto es, lisa y llanamente falso.

Es cierto que en la última década ya habíamos descubierto, aunque no lo aceptara casi nadie, que las corazonadas o -por llamarlas por su nombre científico-, las intuiciones o el subconsciente eran una fuente tan válida del conocimiento como la razón.

Ahora bien, el tema de las corazonadas ha ido mucho más lejos. Lo que están demostrando los últimos experimentos efectuados es que el nuevo concepto de inconsciente implica que la conducta de una persona puede ser el resultado de algo que ha ocurrido en el entorno sin necesidad de un acto consciente por su parte, ni de que se entere de lo que está ocurriendo. El inconsciente por su cuenta es responsable no solo de la mayoría de las decisiones que tomamos, sino incluidas las de mucha importancia por la sofisticación o complejidad de los procesos cognitivos implicados. Más de un lector me preguntará: ¿y entonces para que sirve la conciencia?

La pregunta es fabulosa porque así es la respuesta que están aduciendo los científicos. La conciencia sirve, ni más ni menos, que para aprender a distinguir el pasado del presente y el futuro del pasado. Cuando descubrí esto por primera vez me dije que estaba en consonancia con lo que yo había intuido con el comportamiento de mis nietas: hasta que no alcanzaban los cinco o seis años no tenían una idea clara de lo que era el pasado ni el futuro. Ahora resulta que la conciencia es un fenómeno tardío que, cuando aparece, nos permite conseguir una de las cosas más difíciles para los humanos, situarnos en el tiempo.

Lo increíble es no haber descubierto hasta estos días que pasa lo mismo evolutivamente. Los humanos no tuvieron conciencia durante muchísimo tiempo. Es un instrumento refinado que no sirve para lo que creíamos, pero que solo surge a partir de un nivel de sabiduría y capacidad cognitiva determinada.

Notas de Eduard Punset (Facebook, 6.09.2009)

sábado, 5 de septiembre de 2009

la culpa es del amor


Tonino Carotone

E' un mondo difficile
e vita intensa
felicita' a momenti
e futuro incerto
il fuoco e l'acqua
con certa calma
serata di vento
e nostra piccola vita
e nostro grande cuore.

jueves, 27 de agosto de 2009

Una lección de cine



(...) Ce qui est original, et même inédit, d'une créativité exceptionnelle et forcément déroutante, est la quête de moyens expressifs pour manifester ces tensions obscures, ces gouffres et ces élans (...). Cahiers du cinéma.

http://www.culturaencadena.com/extra/sigue-al-conejo-blanco/821-anticristo-el-particular-descenso-al-infierno-de-lars-von-trier