sábado, 19 de abril de 2008

Oración a la amabilidad










Guárdame oh Señor, de la insignificancia,
que seamos amplios en el pensamiento,
la palabra y el acto.
Que eliminemos la crítica y nos apartemos del egoísmo.
Permítenos alejar toda ostentación y encontrarnos
con el otro cara a cara sin lástima ni prejuicios.

Que no juzguemos apresuradamente
y seamos siempre generosos.

Que nos tomemos tiempo para todos las cosas.
Permítenos crecer calmos, serenos, mansos.

Enséñanos a poner en acción nuestros mejores impulsos
y haznos honrados y no temerosos.

Concédenos comprender que son las pequeñas cosas
de la vida las que crean diferencias,
porque en las grandes todos somos uno.

Y, oh Señor Dios, que no olvidemos ser amables.

Amén.

María Estuardo